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Hay poca gente que pueda decir que con 13 años sabía a qué se quería dedicar. Yo lo supe entonces. Y lo sigo sabiendo ahora. Qué suerte la mia.

Empecé a diseñar y coser mi propia ropa de muy pequeña. Mi ilusión era estrenarla al día siguiente para ir al colegio. Siempre supe que mi sueño sería tener mi propia marca. Y sabía lo importante que era tener una buena base para poder llevarla a cabo. Por ello decidí estudiar Ciencias Empresariales, y luego especializarme en Patronaje de Moda. Mis inicios fueron para una marca de Faldas y Tops, para la que yo hacía todos los patrones. Además, combinaba ese trabajo con el del modelaje. Nada me hacía más feliz que lucir todo aquello que había imaginado antes en mi cabeza. 

Entonces decidí dar el primer paso. Cogí un piso y lo convertí en mi tienda de ropa de mujer. Los inicios no fueron fáciles. Viajaba a Italia y a París para comprar ropa y luego venderla yo. Compraba prendas muy distintas, para edades distintas, pero muy pocas tallas de cada una. Me gustaba (y me sigue gustando) asociar prendas a clientas. Compraba esa chaqueta para Elisabeth, y aquella falda para Bea. Empecé vendiéndole a mis amigas y conocidas. Era puro “Boca Boca”.

 

Pero pocos años después, di un paso más. En 2007 me embarqué en un gran viaje. Decidí abrir mi primera tienda a pie de calle en Barcelona, Laforja 91. Asustada, pero lo hice. Porque cuando amas lo que haces, siempre puede la ilusión al miedo. ¿Y qué tiene mi tienda distinta al resto? Supongo que esa misma “ilusión”.

 

Me gusta conocer a todas mis clientas. Conocerlas, entenderlas, asesorarlas, y que salgan por la puerta un poco más felices de lo que han entrado. A eso me dedico, a que se sientan más guapas, más cómodas y más seguras. Y que además, se lo pasen bien. Cada día en la tienda es un día diferente, para mis clientas venir a la tienda es un planazo.

 

¿Qué más se puede pedir? No sé cuál será el siguiente paso, ni siquiera si lo habrá. Pero lo que sí tengo claro con quien quiero darlo. Y siempre es con ellas. Desde las que me acompañaron en el primer piso, hasta todas las que me han acompañado hasta ahora y ahora me acompañarán en la aventura de abrir mi tienda Online. Ojalá tú, si aún no has pasado por mi tienda, decidas hacerlo, cruzar la puerta y descubrir que todo lo que te acabo de contar es cierto. Y, por encima de todo, te conviertas en una más de ellas.